A la pintura…

Comencé a pintar.

No me salían mal las primeras pinturas, pero me estaban tan presentes las grandes obras de la historia que yo conocía, que las mías no me podían satisfacer. Y las dejaba sin terminar. Y así durante años. No las firmaba.

Además de los toros,

Encierro con rejoneador

un tema predilecto era el mundo de los niños, del que tuve la fortuna de vivir «como dios». Los paseos en bici por las calles de mi pueblo, las conversaciones con mi madre, la pesca en nuestros bosques encantados…

Embarcando
Guardando la ropa de invierno
Cuna

Pero también me gustaba recordar otras escenas de mi vida y algunas de las grandes obras de la literatura.

Picapedreros en invierno
El taller del escultor
Macbeth consultando con las brujas
Dédalo dando instrucciones a su hijo Ícaro
Don Quijote y Sancho cabalgando

Por supuesto que intentaba captar algo de los paisajes de mi «nuevo» mundo de España.

campo arado en primavera
Subiendo la colina

Pero mis paisajes más ambiciosos llegaron unos años más tarde. Verlos a continuación… Paisajes encantados