Años de prueba

No quiso el destino

No pudo ser. Apareció una extraña dolencia, una contractura de la espalda y cuello que no se me quitaba ni con los medicamentos más potentes ni los masajes más habilidosos. Y tuve que abandonar por completo la escultura e incluso reducir al mínimo mi trabajo de profesor de idiomas. Fueron tiempos muy duros.

Terminamos mi mujer y yo viviendo en esa casa baja y enseñando inglés a los jóvenes y adultos de Seseña y Ciempozuelos. Los dolores no cesaban—tenía que acostarme después de cada clase para intentar relajarme. Aún asi vivía con constantes dolores de cabeza.

Sin embargo, no quería abandonar lo que más me apasionaba en la vida—el arte. Realizé muchos relieves en arcilla, sobre varios temas, con el propósito de hacer moldes para reproducirlos, si no en bronce, que era muy caro, al menos en otro material. Hice muchos experimentos y pruebas pero no llegué a encontrar un material adecuado.

Cita en el café (relieve en escayola)
Esperan los amigos
(relieve en escayola)
Amigos
(relieve en escayola)
Caballo listo
(relieve en escayola)
Pescando desde el puente
(relieve en escayola)
Sueño
(relieve en escayola)

Seguía dibujando. Me gustaba colorear mis dibujos con lápices de colores. Los temas eran escenas o ilustraciones de la literatura, la Biblia, los mitos:

Sancho, has de saber…
Ulises intentando no escuchar a las sirenas
Edén
El sueño de Jacobo
El hombre dando nombres a los animales
El Arca de Noé
El Becerro de oro

Llegó el día en que cogí los pinceles y empecé a pintar. Ver algunos de mis obras en la siguiente página...A la Pintura